martes, 22 de julio de 2014

Encuentro

Desde que te has ido ya no hay quién pronuncie mi nombre con amor desmedido.
La vida sigue su curso pero, la verdad, tu ausencia me pesa. Hay días que el hecho de extrañarte con locura me desborda.
Hasta que una noche, al fin, puedo verte, sentado sobre una gran roca. Corro como una loca, como si me faltara el aire y por fin caigo en tus brazos. Te abrazo fuerte, no quiero soltarte. No, no quiero perderte otra vez. Mis lágrimas bañan mi rostro desesperado, apenas puedo sollozar. Las palabras se ahogan en mi garganta, no puedo hablar.
Acaricias mi pelo con tus manos arrugadas.Tu serenidad me aborda y el dolor insoportable acaso se esfuma, como si un soplido tuyo fuera mágico. Siempre has sido mi héroe.
Luces como un ángel, con tu aura blanca como la leche más pura. Alrededor tuyo todo es luz y hasta puedo sentir un agradable aroma a rosas frescas. Realmente te veo bien y eso me tranquiliza. La paz que me das es una bendición del cielo.
Es un milagro que pueda estar contigo una vez más. Es la felicidad plena saber que ni la misma muerte ha logrado separarnos. Hay amores que traspasan tiempos y espacios.
Tu ausencia dolerá eternamente. Tu amor es la otra punta. Entonces, tú mi ángel, eres mi equilibrio.

Gracias. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario