viernes, 15 de agosto de 2014

El Señor Lotart y La Señorita Marchic 10

La Señorita Marchic salió rápidamente, dejando sin palabras a Lotart.
Le dijo a su secretaria que se retiraría en ese preciso momento, sin dar demasiadas explicaciones.
Mientras conducía su auto por la autopista recordó aquella mirada devoradora. Lotart era un hombre de negocios, un caballero y con unos cuantos años más que ella. Había escuchado por los pasillos que todas soñaban con , al menos, una noche de sexo con él. Se veía prometedor y las que habían caído en sus garras resultaban extremadamente satisfechas.

Pero Marchic sabía que todo juego tiene sus reglas y límites.
Ella estaba en la empresa como asesora. Al menos, eso era lo que debía aparentar.
Si bien el Señor Lotart era un hombre deseado y muy interesante, la Señorita Marchic debía ocuparse de la otra parte de Lotart, la que ocultaba.

No le había resultado difícil llamar su atención, por eso había sido contratada. 

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