sábado, 9 de agosto de 2014

El Señor Lotart y la Señorita Marchic 4

El despertador sonó a las 06.30 de la mañana.

La Señorita Marchic abrió sus ojos y se estiró en medio de su cama con sábanas estampadas.Tenía unas pantuflas rosas con corazones y un oso celeste que la miraba desde la silla situada en la esquina del dormitorio. Esa parte aniñada suya se reflejaba allí, en su habitación. Era su lugar preferido. Antes de comenzar a preparar su desayuno ponía música. Nadie podía imaginar que ella, la seria, elegante y delicada Señorita Marchic, cada mañana, bailaba sola en su cocina mientras esperaba sus tostadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario