jueves, 14 de agosto de 2014

El Señor Lotart y La Señorita Marchic 9

"Señor Lotart éste es el baño de damas" dijo la Señorita Marchic con su cara aún mojada.
"Lo sé Señorita Marchic pero si me pregunta qué hago aquí realmente no tengo una respuesta concreta" dijo él mientras avanzaba hacia ella.
Ella se sonrojó y recordó la promesa que se había hecho a ella misma: no sufrir por amor ni dejar de pasarla bien y aprovechar los buenos momentos que la vida le regalaba.
¿Por qué no, por qué no dejarse llevar con Lotart? No era su jefe técnicamente y si algo odiaba Marchic era las situaciones de idas y vueltas , en fin, perder el tiempo. 
En ningún momento contempló la mínima posibilidad de amarlo.
Pensó en volver a abrocharse el botón de la camisa, decidió no hacerlo. Ante la mirada ardiente de aquel hombre se agachó a ponerse los zapatos, dejando a simple vista sus senos asomándose de forma muy provocativa.
Lotart la frenó tomando su mano y trayendo los zapatos se dispuso a ponérselos.

"Qué pies pequeños y delicados Señorita Marchic, espero que no se tome a mal este cumplido" 

La Señorita Marchic disfrutó sentir la mano de Lotart rozar su pie pequeño. Su mano era grande y su piel estaba caliente. También pudo ver que las canas eran detalle muy sensual y le quedaban perfectas. 

"Seguramente debe calzar 36" preguntó Lotart. "Es el número que calzan las princesas, es algo que leí en algún periódico" continuó.

"Estoy lejos de ser princesa Señor Lotart" dijo ella seriamente.
Ya con los zapatos puestos, se puso frente a él. Su cara se puso seria. Su mirada dura lo intimó a tal punto de no poder cuan minúsculo estaba siendo en aquel momento. 

Ni el propio Lotart se reconocía a sí mismo.


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