lunes, 11 de agosto de 2014

El Señor Lotart y La señorita Marchic 6

La Señorita  Marchic solía mirarse en el  espejo retrovisor de su auto y sonreír antes de salir, a modo de augurarse un buen día. Aquel día no se había dado cuenta de que era observada desde otro lugar del gran estacionamiento de la empresa por, nada más y nada menos, que el Señor Lotart.
Él caminó más lento hasta llegar a donde estaba ella.
"Buenos días Señorita Marchic" la saludó en tono frío.
"Buenos días Señor Lotart, es mejor apurarse que tenemos varios puntos que discutir" dijo ella seriamente.
Allí estaba ella, ahora seria, fría, inteligente. Tenía su cara de ángel pero su carácter era avasallador y fuerte. Una mezcla letal y tentadora.
El ruido de los tacos de la Señorita Marchic retumbaban por los pasillos. Sus piernas torneadas, perfectas, eran hipnóticas. Llevaba una blusa blanca que denotaba un corpiño de encaje a tono. Sutil. Terriblemente sutil. 
El Señor Lotart caminaba tras ella, rumbo a la gran oficina. Sí, había varios puntos que discutir pero con ese vaivén de caderas era imposible concentrarse. Él no quería discutir presupuestos, ni saber sobre los nuevos proveedores ni los próximos eventos... él quería llegar a la oficina, mirarla a los ojos y morder esos labios carnosos perfectamente pintados de rojo.

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