lunes, 1 de septiembre de 2014

El Señor Lotart y La Señorita Marchic 19

La Señorita Marchic siempre ha sido muy observadora, desde muy pequeña.
Desde la ventana, mientras se ponía su vestido luego de una ducha rápida, veía a lo lejos a uno de los perros (un hermoso ejemplar de ovejero alemán) algo inquieto. Los ladridos eran cada vez peores y , de repente, cerca de una de las vallas del jardín, un par de sombras la alertaron.
El Señor Lotart, con su bata roja y su vaso de whisky en la mano se deleitaba mirándola a tras luz.
Marchic pegó media vuelta, y sacó una pistola 9 mm de su delicada cartera y levantó con una fuerza asombrosa a Lotart del sillón de la habitación. El pobre no entendía nada.

"No hable y guíeme dentro de la casa, necesito cortar el suministro de luz YA" le dijo Marchic con su típica voz fría.

Era obvio que estos hombres venían con el claro objetivo de matarlo.

Al cabo de unos pocos minutos, llegaron a la fuente principal del suministro eléctrico y Marchic, luego de observar el panel de control, bajó la perilla roja y automáticamente toda la gran casona quedó en la absoluta oscuridad. Puso a Lotart tras él.

"¿Y sin luz cómo vamos a salir?" dijo un Lotart preocupado y en un estado de nervios. "¿Qué significa todo ésto?¿Cómo tiene usted un arma, para quién trabaja Señorita Marchic? preguntaba Lotart con los ojos bien abiertos.

"Cállese, yo me ocupo de todo" dijo la Señorita Marchic sin reparos.
Colocó en su pistola un pequeño dispositivo de visión nocturna. Se movía de una manera rápida y precisa. El Señor Lotart, además de asustado, estaba fascinado ante esta faceta nueva de la intrigante Marchic.

En plena oscuridad también debían cuidarse, ya que seguramente ellos también estarían equipados de igual modo. Faltaba poco para llegar al garaje, tomar uno de los autos y tratar de salir de allí.



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